Hermandades de Loja

LA TRADICIÓN DE LOS INCENSARIOS DE LOJA

LAS SAETAS O SÁTIRAS DE INCENSARIOS

Casi todos los estudios que sobre la saeta existen en Andalucía, vienen a buscar su origen entre las influencias judías, moriscas y cristianas. Mientras los influjos judíos y moriscos habría que buscarlos en los tonos y las melodías, es decir, en el sustrato expresivo, la influencia cristiana queda plasmada además de en las formas, en el contenido, cosa que queda reflejada en distintas manifestaciones que pueden considerarse antecesoras de la saeta: las saetas misioneras de los franciscanos, los cantos de las Hermandades de ánimas con las saetas del pecado mortal, las saetas de vía crucis… Toda esta composición queda amalgamada por el influjo de lo andaluz, el pueblo que asimila las expresiones de las tres grandes culturas y termina elaborando una expresión propia. Veamos esto para el caso lojeño.

El barrio San Francisco se encuentra separado del casco histórico de Loja por el río Genil. Está enclavado en la ladera del monte Hacho y fue creciendo a raíz del establecimiento allí, en  terrenos más extensos que los que la apretada urbe nazarí ofrecía, de los franciscanos venidos a Loja tras el cambio de titularidad de la Ciudad, al ser tomada para la Corona de Castilla a mediados de 1486. Del Rosal Pauli y Derqui del Rosal (1987) dicen sobre el Convento de San Francisco: se fomentó y cultivó la devoción del Vía Crucis, que se realizaba los viernes de todo el año por el Camino de las Cruces hasta el Calvario. (…) Allí se crearon y fomentaron las procesiones de Semana Santa, especialmente las de disciplinares y con sede en la Capilla de la Vera Cruz o de la Sangre, la Hermandad de las Benditas Ánimas del Purgatorio, la más antigua, que se encargaba de los entierros y sufragios de los hermanos difuntos.

Puede observarse como en torno al Convento de San Francisco de Loja se dan todas las condiciones propicias que los teóricos de la saeta citan cuando hablan de las influencias cristianas, esto es, franciscanos, Vía Crucis, Hermandades de ánimas, aparición de la Semana Santa… Parece que es alrededor de los franciscanos donde se halla el caldo de cultivo idóneo para el surgimiento de la saeta en Loja. Y tal y como lo concibieron, pasa al pueblo, que acoge estas expresiones, fundamentalmente porque la forma expresiva en que se presentan utiliza elementos expresivos populares, el elemento andaluz (lojeño en este caso) que permite su asimilación por parte del pueblo.

La saeta que cantan los Incensarios recibe el nombre de sátira. Se desconoce el origen de este término, aunque se especula con la deformación fonética de sagitta, saeta (flecha) en latín. Se trata de una saeta preflamenca, llana, primitiva, vieja. Teniendo en cuenta que se considera un origen común para todas las saetas primitivas andaluzas, es lógico que se parezca a otras. Pero también es lógico que todas y cada una de las saetas primitivas en los pueblos de Andalucía que aún las conservan, presentan diferencias, más o menos sustanciales, derivadas de las aportaciones de los lugareños y de las deformaciones propias de su desarrollo en geografías diferentes.

Por análisis comparativo, es en la provincia de Córdoba donde la sátira encuentra referencias más cercanas. La saeta de Incensarios tiene cierta similitud con la saeta vieja cordobesa, aquellas que cantaban María la Talegona o Pepe Lora y que dejaron registradas en Saetas Cordobesas (Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1980). También se parece a esa saeta de Lucena, que la discografía señala como estilo Alcantarilla, que no tiene nada que ver con esa otra forma lucentina muy conocida llamada de santería. No es muy lejana a aquella otra que grabó en 1909 Manuel Escacena bajo el título Que bien viene en ese día (Zonophone X-52334), letra que por otra parte también cantan los Incensarios.

Característica fundamental de la sátira de incensarios es su interpretación de forma dialogada o compartida entre varios incensarios, cantando cada uno un verso, siendo el cuarto y último el más alargado y complejo.  Si es de cinco versos, el cuarto y el quinto se unen para ser interpretado por el Incensario que remata el cante. No existe orden prefijado para su interpretación. Puede intervenir gente de fuera de la Corría en el remate de alguna sátira o en el comienzo de una nueva, generalmente amigos de los componentes de la Corría, antiguos Incensarios o simplemente personas que dejan salir su emoción y su arte de forma espontánea. En este sentido, la sátira ha sido muchas veces comparada con la saeta cuartelera de Puente Genil, considerada la saeta dialogada por antonomasia. Aunque son estilos afines, no son del todo coincidentes. La cuartelera encuentra su espacio en los Cuarteles de las Corporaciones Bíblicas que tanto engrandecen la Semana Santa pontonesa. La sátira encuentra su mejor escenario en calles y templos. Melgar Reina y Marín Rújula hablan de la cuartelera como saeta individual que pasa a interpretarse de forma dialogada entre 1919 y 1920 (Saetas, pregones romances litúrgicos cordobeses, 1987).

Desconocemos si la sátira de Incensarios algún día se interpretó de forma individual. Lógico es pensar que si los Incensarios comparten vestimenta, funciones y danzas, también habrían de compartir saetas, completando un esquema grupal en el que todos participan en todo.

Como ya anteriormente se había indicado, otra característica destacable de las sátiras es que se interpretan en puntos concretos del itinerario de las procesiones, cada vez que los Incensarios dan un golpe. A este respecto y acudiendo al análisis comparativo, contaba Aguilar y Tejera sobre la saeta de Marchena: muchas saetas tienen un lugar determinado para ser cantadas (…) así cantadas por su orden vienen a formar las saetas una especie de poema, que entonado durante el recorrido es como una glosa del evangelio, en que va meditando el pueblo las escenas más culminantes de la pasión y muerte de Jesucristo (Saetas recogidas de la tradición oral en Marchena, 1916). Hoy día esto no sucede en Loja, pero es posible que en tiempos remotos los Incensarios hiciesen algo parecido, de modo que en los golpes se cantase de forma ordenada los pasajes de la Pasión de Cristo en un contexto de teatralización de la Semana Santa.

Las letras que se cantan en las sátiras de Incensarios tienen diversa procedencia. Algunas son muy comunes en la geografía andaluza, otras se pueden encontrar en las comarcas limítrofes, principalmente en el sur de la provincia de Córdoba, otras muchas son letras locales. En los últimos años se viene manejando un repertorio que ronda el centenar de letras, aunque se sabe que este repertorio era mucho más extenso. Sería necesario poner en marcha un esfuerzo de memoria colectiva para que este patrimonio de transmisión oral no quede en el olvido.

Evidentemente los temas tratados son la Pasión de Cristo y los Dolores de María, pero también hacen referencia a otros personajes destacados de la Semana Santa de Loja, como San Juan, Santa Marcela, los propios Incensarios, los horquilleros, las personas encargadas de vestir Imágenes, alusiones a barrios semanasanteros,  y otros muchos aspectos de la devoción lojeña.

Por último indicar que no es requisito sine qua non estar bien dotado de voz para ser Incensario. No hay que olvidar que se trata de una manifestación popular, en el que en el privilegio a pertenecer a una Corría no va en función de la voz que se disponga. Lo que no es de recibo es menospreciar una complejísima tradición centenaria por este hecho, un Incensario es antes amigo y compañero que cantor. No debe olvidarse esto.

Ofrecemos a continuación una breve muestra de Sátiras o Saetas de Incensarios dedicadas a las Imágenes que procesionan en nuestra Semana Santa, que no necesariamente pertenecen a un único titular, sino que pueden cantarse a distintas advocaciones:

Orando inocente estás / tus enemigos te buscan / y un ángel te va a anunciar / de que Judas te ha vendido  y a prenderte vienen ya (Jesús Orando en el Huerto).

El manto de la Esperanza / no es de oro ni de seda / que es de terciopelo verde / cubierto de mil estrellas (Virgen de la Esperanza).

Que madero tan pesado / llevas tú sobre tu espalda / pero Simón te ha ayudado / hasta el Calvario a llevarla / después te han crucificado (Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas).

Entre juncos y una fuente / un carpintero labraba / una cruz pesada y fuerte / sobre el hombro le cargaron / a ese cordero inocente (Vera Cruz).

Jesús preso que te viste / en tu sagrada pasión / preso que también te viste / míralos con compasión / que son desgraciados y tristes (Jesús Preso).

Dolorosa de San Francisco / lucero de la mañana / eres hermosa en tu barrio /  de todas bien venerada (Virgen de los Dolores).

Fijarse como lo llevan / al Cristo de los Favores / con una lanza en el pecho / que acabó con sus dolores (Cristo de los Favores).

Santa Marcela Bendita / tú formas la procesión / y le limpiaste el rostro / a Cristo Nuestro Señor (Santa Marcela).

Mira a tu madre afligida / mira a tu pueblo lojeño / que te está viendo sufrir / abrazado a ese madero (Jesús Nazareno).

San Juan corre y se apresura / va a llevar el parte a María  / que al hijo de sus entrañas / le van a quitar la vida / en una triste montaña (San Juan).

Virgen de las Angustias / en tu pecho se clavó / un dolor con siete puntas / traspasó tu corazón / Dios mío ten compasión (Virgen de las Angustias).

Cristo de la Salud / que largo se hace el sendero / y que borrosa la luz / cuando miras para el cielo / y expiras sobre la Cruz (Cristo de la Salud)

Hermanos de caridad / dónde vais con ese entierro / voy a darle sepultura / al Redentor de los cielos (Santo Sepulcro).

Llegó la madre afligida / al Sepulcro y lo usó / que beso no le daría / que su hijo resucitó / después de muerto tres días (Virgen de la Soledad).